Nervios, incertidumbre, sudores… y llega. La temida nota. Nadie te prepara para el golpe. Intuías que no iba a ser enmarcada y puesta en el salón al lado de la foto de tu primera comunión pero… ¿Un penco? El mundo se cae bajo tus pies.
Después del mazazo inicial hay que hacer examen de conciencia. Hay muchos factores que influyen en el resultado: ansiedad, inseguridad, falta de sueño… etc. Pero eso pertenece al pasado. Dejemos de buscar culpables. Busquemos soluciones.
A continuación te mostramos tres claves para superarlo.
Índice del artículo
Cómo afrontar un suspenso
Pregúntate por qué
El suspenso es un síntoma de que algo no funciona correctamente. Escúchate y analiza cuáles han sido las circunstancias que te han llevado a este puerto. Quizás no querías presentarte a este examen; tienes mucha presión en casa; sientes inseguridad porque no entiendes los conceptos…
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No dramatices
Que no cunda el pánico. No te desalientes. Es una llamada de atención para que cambies la estrategia. Aprende a lidiar con tu frustración y cambia el plan. Necesitas emplear técnicas adecuadas de estudio.
¿Error? ¡Oportunidad!
El suspenso no se puede cambiar. Lo sabemos. Utilízalo en tu beneficio. Es un espejo donde se reflejan los errores que has cometido. Es una herramienta que te servirá para reflexionar sobre tus debilidades y fortalezas. Desde el prisma del “fracaso” es más fácil vislumbrar el éxito.
¿Y tú? ¿Estás dispuesto a intentarlo otra vez?
Desde mundoestudiante te animamos a que consultes con nosotros cualquier duda que te surja. Nosotros también fuimos estudiantes (y algunos seguimos siéndolo).
Auxiliar dice
Totalmente de acuerdo. Quizá el problema sea que en nuestra sociedad no sé prepara para asumir el balance del éxito y el fracaso, o del error y superar la frustración. Un examen es lo que es, un suspenso lo mismo. Al final, una prueba para superarnos.