Finalmente ha llegado: septiembre ya está aquí. El noveno mes del año es sinónimo de transición, el verano deja paso al otoño, la manga larga se hace hueco en el armario y nosotros despedimos el periodo de vacaciones para recibir la tan temida rutina académica. La vuelta a los estudios puede resultar ardua y extenuante, si no somos capaces de adaptarnos al ritmo que nos exige.
Índice del artículo
- Por ello, te ofrecemos estas 10 claves para empezar con buen pie el curso académico.
- Elaborar un buen horario de estudios
- Un buen hábito de sueño
- Crear una zona óptima de estudio
- Seguir una alimentación completa y equilibrada
- Fijar un horario de comidas
- Uso responsable de pantallas electrónicas
- Compaginar estudios con deporte
- Lengua extranjera
- No todo es estudio
- Establecer un orden de prioridades
Por ello, te ofrecemos estas 10 claves para empezar con buen pie el curso académico.
Elaborar un buen horario de estudios
Todo estudiante que se precie debe saber planificar su tiempo de estudio. Ser capaces de confeccionar un horario y cumplirlo creará en nosotros un hábito de trabajo. Para conseguirlo hemos de tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Horarios fijos, constantes y realistas: Debemos ser consistentes con las horas que dedicamos al estudio, procurar estudiar a las mismas horas favorecerá la concentración y el rendimiento, creando un hábito de manera inconsciente.
- Dedicar a cada asignatura un tiempo proporcional a su dificultad.
- Distribuir nuestro tiempo de estudio por materias concretas: No basta con “estudiar de 17 h a 20 h”, concretaremos qué asignaturas vamos a estudiar, “de 17 h a 18:30 matemáticas y de 18:30 a 20 h inglés”.
- Las sesiones de estudio no deben exceder la hora y media seguida para una misma asignatura, salvo en época de exámenes. Es recomendable tomarse un pequeño descanso cada 50 minutos para luego cambiar de materia o dejar de estudiar y hacer ejercicios.
Un buen hábito de sueño
Es indudable que existe una estrecha relación entre la cantidad de horas de sueño, la calidad del mismo y el rendimiento académico de cualquier estudiante. Es de vital importancia acostumbrar a nuestro cuerpo a una rutina, procurar acostarnos todos los días a la misma hora y evitar, en la medida de lo posible, trasnochar. Lo ideal es comenzar a adoptar estos horarios unos días antes de empezar el curso.
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Crear una zona óptima de estudio
Para llevar buen ritmo y optimizar los resultados académicos es tarea indispensable disponer de un espacio de estudio en casa. Una buena zona de estudio priorizar la organización y comodidad del alumno:
- Un espacio libre de distracciones. Es conveniente alejar móviles y otros dispositivos de entretenimiento.
- Ambiente luminoso y con una ventilación adecuada.
- Una zona de trabajo tranquilo en el que predomine el silencio.
- Delimitar la zona de estudio y el uso que le damos. Es recomendable disponer de una mesa o escritorio, y evitar estudiar en la cama o sofá.
- Así mismo, el espacio que empleemos para estudiar debe destinarse únicamente a este fin. Es importante diferenciar la zona de trabajo de la zona de descanso o de la destinada a comidas, pues nos facilitará la organización, física y mental, que necesitamos.
En un espacio óptimo de trabajo la organización es fundamental, y se transmitirá al alumno en el trabajo que desempeñe.
Seguir una alimentación completa y equilibrada
Es de conocimiento universal la importancia de una dieta rica y equilibrada para el buen desempeño de las actividades diarias. Además, aquí te sugerimos una serie de alimentos que pueden ayudarte a rendir mejor durante la jornada:
- Estudios han demostrado que el café no es la única sustancia que puede mantenernos despiertos, sino que una manzana en ayunas puede producir el mismo efecto que la cafeína en nuestro cuerpo.
- Cereales integrales, almendras o castañas: todos estos alimentos liberan su contenido en glúcidos de forma gradual lo que permite tener la mente activa durante más tiempo.
Fijar un horario de comidas
“Cada cosa en su momento, y un momento para cada cosa”. Es la filosofía a seguir en el día a día; clases, estudios, deportes, ocio… Las comidas no iban a ser menos. Mantener unos horarios fijos contribuye a la correcta sincronización de nuestro cuerpo y, por ende, a un rendimiento óptimo.
Uso responsable de pantallas electrónicas
Hoy en día, el uso de pantallas electrónicas está totalmente extendido y afianzado en nuestras rutinas. El, ya bien establecido, teletrabajo parece haber llegado para quedarse. Cada vez son más los centros educativos que apuestan por una enseñanza electrónica. Atrás van quedando los libros de texto y apuntes a mano.
Sin embargo, hemos de tener presente que un uso prolongado de las pantallas puede estresar el cerebro, lo que reduce considerablemente nuestras capacidades físicas y cognitivas. Es recomendable un uso intermitente, con descansos cada 40 o 50 minutos, y un máximo de 6 horas diarias. Además, es conveniente dejar estos dispositivos al menos 30 minutos antes de ir a dormir, favoreciendo la correcta regulación del ciclo diario de sueño.
Compaginar estudios con deporte
Estudiar y practicar algún deporte es una combinación ideal que funciona. El deporte no sólo aumenta el rendimiento físico de una persona, sino que también mejora la capacidad cognitiva, reduce el estrés, ansiedad y favorece el correcto desarrollo del sistema inmunitario.
El deporte permite asentar valores muy útiles e importantes para la vida académica: esfuerzo, constancia, autogestión…
Lengua extranjera
Aprender una lengua extranjera es una forma muy eficiente de complementar las horas que dedicamos al estudio. Entre las diversas aptitudes que adquiere el alumno se destaca: la mejora en las dotes comunicativas, la creatividad, el esfuerzo, constancia y la persecución de nuevas metas. Valores muy preciados y de indudable aplicación en el terreno académico.
No todo es estudio
No todo en nuestra rutina académica son estudios, exámenes y notas. Es importante hacer especial énfasis en las amistades y actividades de ocio que de aquí se derivan. Saber gestionar y compaginar, de manera eficaz y equilibrada, las horas de estudio con las de ocio puede reportarnos grandes ventajas; aumentar nuestra productividad, reducir el nivel de estrés o destinar parte de nuestro tiempo al descanso y cuidado personal.
Establecer un orden de prioridades
Tener claro la prioridad de las tareas diarias es un aspecto clave en nuestra rutina. En muchas ocasiones implica la creación de una agenda para examinar al detalle las diferentes labores y asignar a cada una el tiempo necesario, siempre con el objetivo de sacar el mayor rendimiento posible a un corto periodo de tiempo.
Aquí te dejamos una serie de estrategias para priorizar tareas:
- Tener una única lista que abarque todas las tareas del día.
- Destacar lo que es realmente urgente frente a lo que puede esperar unos días.
- Para aumentar la productividad y evitar caer en la procrastinación, puedes probar a alternar las tareas más arduas con otras que requieran un mínimo de tiempo y esfuerzo.
- Sé realista con la cantidad de actividades que puedes realizar al día. Ya sabes lo que suelen decir: “Quien mucho abarca poco aprieta”.
“El Ser Humano es un animal de costumbres” y, cómo hemos visto, es necesario llevar una rutina equilibrada, otorgando a cada actividad su tiempo y espacio. Regularidad, equilibrio y organización son los pilares sobre los que cimentar un buen inicio de curso.
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