Entre las técnicas de estudio más útiles para simplificar un contenido muy extenso (como los temarios de Historia, Biología o Geografía), está el mapa conceptual.
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Qué es un mapa conceptual
Un mapa conceptual es un tipo de esquema muy visual; a través de elementos que resalten el texto y líneas que unan conceptos relacionados entre sí, los mapas conceptuales nos permiten recoger mucha información en poco espacio, así como la relación que existe entre los diferentes elementos del tema que estemos tratando.
Tipos de mapas conceptuales
Los mapas conceptuales más comunes se componen de cuadrados, rectángulos y óvalos que contienen las ideas principales del tema que estemos estudiando, y líneas continuas o discontinuas que unen elementos o que marcan el proceso que está siendo estudiado. Normalmente, los mapas tienen forma de árbol invertido: arriba aparece el tema y de él se van ramificando los diferentes elementos.
No obstante, cada estudiante puede crear su propio tipo de mapa conceptual, ya sea colocando los elementos en forma de espiral, o linealmente. Otros mapas puedes estar decorados con dibujos o formas relacionadas con su contenido.
Hay mapas más despejados y otros con la información más aglomerada; unos con dibujos y otros sin ellos.
En cualquier caso, más allá de la parte visual, que debe ajustase a los gustos del estudiante, lo más importante es que el mapa conceptual contenga los conceptos básicos del tema que se esté estudiando.
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Cómo hacer un buen mapa conceptual. Pasos a seguir
Debemos seguir unos pasos para poder elaborar un mapa conceptual eficiente:
Lectura previa del tema
Debemos leer primero el tema que tengamos que pasar a mapa conceptual. Dicho tema lo debemos descomponer en partes más pequeñas.
Extracción de las ideas clave
Cada tema y subtema puede resumirse en una sola palabra, y esa palabra debe responder a la pregunta “¿de qué va el tema?”. Reyes Católicos, la célula o el relieve español son algunos buenos ejemplos de conceptos de los que sacar el resto de ramificaciones del mapa conceptual.
Creación de cuadros
Debemos crear un cuadro por cada parte del temario relacionado con la idea principal. Por ejemplo, si el tema es “Reyes católicos”, los cuadros que vayan unidos a ese tema deben ser diferentes entre sí. En un cuadro pondríamos “matrimonio”, en otro “unidad territorial”, en otro “toma de Granada”, “descubrimiento de América” y así sucesivamente.
Relación entre las ideas y cuadros de apoyo
Puede pasar que de un cuadro secundario tengas que sacar otro que inicie otro tema; por ejemplo, de “descubrimiento de América” puede que tengas que sacar una línea que lleve a otro cuadro sobre las fases de la conquista, que no estará relacionado con el tema principal “Reyes Católicos”. Esto está bien, los mapas conceptuales pueden estar todo lo ramificados que nosotros queramos.
Comprueba que funciona
Sólo sabremos si el mapa conceptual funciona de dos maneras:
Tratando de reproducirlo, sin mirarlo, tras una memorización de 10-15 minutos.
Tras una memorización de 10-15 minutos, quitaremos el mapa conceptual de nuestra vista y trataremos de reproducirlo tal cual. Si lo conseguimos, será que está funcionando esta técnica de estudio. Si se nos olvidan algunos elementos, esos serán lo que tengamos que destacar de alguna manera
Redactando, a partir de nuestro mapa conceptual, una respuesta a un examen
Con el mapa conceptual delante, tratemos de redactar la solución a un enunciado. Mientras que la realización de un mapa conceptual requiere la simplificación del temario, ahora debemos hacer lo contrario: amplificar, redactar de manera extensa, con conectores, párrafos y sobre todo, con buena ortografía.
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