Descartes, filósofo perteneciente al siglo XVII, fue el impulsor del llamado racionalismo, cuyas bases se plasman en su obra conocida como el Discurso. Esta corriente de pensamiento se basa en el uso de la razón por encima de las emociones o la imaginación.
Además, se aparta del empirismo, el cual utiliza la experiencia para explicar las cosas, puesto que el racionalismo parte de la premisa de ciertas verdades esenciales deben ser aceptadas sin necesidad de comprobarlas previamente.
Junto con esas verdades consideradas esenciales, la filosofía cartesiana se sustenta en un sistema de pensamiento apoyado por un método que usa la razón, conocido como método cartesiano o duda metódica.
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El método cartesiano.
El filósofo francés busca como principal objetivo el uso de este método para poder llegar a la verdad. El motivo de esto es que Descartes pensaba que la filosofía podría considerarse como el estudio del saber, que no es otra cosa que la capacidad de conocer a la perfección todas las cosas que componen el mundo en el que vivimos.
Este método es utilizado por Descartes para descartar toda idea que no sea evidente por sí misma. Dentro de este tipo de ideas se engloban el conocimiento metafísico, la física y las ciencias naturales.
El principal pilar de la filosofía de Descartes, es iniciar esa búsqueda de la verdad desde el principio de todas las cosas y conocimientos. Jamás se podría aceptar previamente ningún tipo de filosofía anterior, es decir, no se vería influenciado por ningún autor anterior a él de manera que su filosofía está exenta de cualquier principio de autoridad que haya establecido otro u otros autores.
Para el francés, todas las ciencias existentes en la realidad se encuentran relacionadas entre sí y por ello, deben ser analizadas y estudiadas partiendo de un proceso o método que permita extraer la verdad de dichas ciencias, consideradas previamente como una única entidad.
Esta característica de su forma de pensamiento hace que rompa totalmente con la filosofía de la época Medieval (Santo Tomás y San Agustín), que hacían una distinción de los saberes entre sí, además de que el principio en el que se basaban para explicar el porqué de diferentes conceptos era la existencia de Dios, sin haber comprobado previamente dicha existencia.
El objetivo de Descartes
Por tanto, el objetivo de la filosofía cartesiana es la búsqueda de la verdad mediante el uso del método desarrollado por él mismo que permitía establecer los principios de la existencia de las cosas que conforman el mundo, partiendo de la idea de que todo lo que existe, lo hace por una razón, sea un mero objeto, Dios o incluso el mismo (“Pienso, luego existo”).
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