Con el inicio de curso, los alumnos (aunque no lo verbalicen) empiezan a pensar en las diferencias entre el curso que han dejado atrás y el curso que empiezan. Para los más pequeños esto no es un problema, sólo se preocuparán por los nuevos profesores y los nuevos compañeros.
Sin embargo, los estudiantes mayores empiezan a darle vueltas a sus nuevas asignaturas, al grado de exigencia al que serán sometidos y la densidad y profundidad de los contenidos de los exámenes. Aquí os dejamos algunas ideas y consejos para los que vais tenéis estas inquietudes:
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Los cursos más diferentes entre sí
De primaria a la ESO
Desde nuestro punto de vista, los cambios más drásticos para los alumnos se producen al final de los ciclos: en el cambio de 6º de primaria a 1º de la ESO es el más importante: aunque el alumno apenas lo perciba, los profes ya no ven a los de la ESO como pequeños, y como tal son tratados. No obstante, no hay que preocuparse por los contenidos del curso: no difieren mucho en cuanto a cantidad y profundidad del curso anterior. Eso sí, los exámenes serán más exigentes, como es normal.
Después de la ESO
El otro cambio de ciclo fundamental en la vida de un estudiante es el paso de 4º de la ESO al siguiente curso que se realice: ya sea el paso a Bachillerato o a una formación profesional o incluso el paso al mundo profesional es un cambio drástico para el sentir del alumno: si se pasa a bachillerato o a una formación profesional, el grado de exigencia con respecto a los contenidos será mucho más elevado de lo que hasta ahora se había vivido.
Si el alumno pasa directamente a la actividad profesional, mucho más; por cierto, que este paso seguirá siendo de un nivel educativo a otro: el nuevo profesional tiene que aprender, aunque sea de forma autodidacta, los diferentes tipos de contratos, qué es el IRPF y qué partes tiene una nómina.
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1º y 2º de Bachillerato
Estos dos niveles son diametralmente opuestos entre sí: de hecho, los contenidos de uno y otro curso en las asignaturas de Letras están mínimamente relacionados en ambos cursos. El primer curso de Bachillerato supone una especie de transición entre la ESO y cursos superiores, ya sea universidad o FP superior. Es en este nivel donde los contenidos de las asignaturas más profundizan, más se exige a los alumnos y más “cambio de tono” de los profesores hay.
El segundo curso de bachillerato es, sobre todas las cosas, una preparación para la prueba de acceso a la universidad. Los contenidos, los modelos de examen y la corrección de los exámenes irá siempre de acuerdo a los criterios de calificación de la Ebau.
La universidad
Antes de la última reforma universitaria (el famoso Plan Bolonia) el ritmo universitario era bastante autónomo: quien quería iba a clase y quien no, no. La idea es que el alumnado se organizara de la manera que creyese oportuna, pues sólo había un examen por asignatura, al final de curso.
Actualmente, esta idea del alumno autónomo ha cambiado. Las asignaturas de los grados universitarios se miden en créditos ECTS: cada crédito representa el tiempo que el alumno debe dedicar a la asignatura, no sólo en tiempo de clases presenciales; también en lecturas, realización de prácticas, tiempo de investigación, etc.
Los alumnos universitarios tienen varios exámenes, entregas de prácticas y realización de prácticas en empresa que deben realizar progresivamente durante la etapa universitaria. Ya no cuenta sólo el examen final.
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