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El siglo XIX comienza en España con la Guerra de la Independencia y termina con el desastre del 98. Es una época caracterizada por la inestabilidad de la corona, comenzando con el reinado de Fernando VII y continuando con las diversas regencias que se sucedieron.
En lo referente al marco sociocultural, el siglo XIX está marcado por la decadencia y los enfrentamientos ideológicos. Se produce el auge de la burguesía, dividida en conservadores y progresistas. Aparece también el movimiento obrero, la industrialización y el ferrocarril.
¿Qué es el Romanticismo?
El Romanticismo es el movimiento cultura, originado en Alemania y Reino Unido, que triunfa en España en la primera mitad del siglo XIX. Abarcó la literatura, el arte, la filosofía, la música, etc., y sus características generales son:
- Sentimiento de no plenitud, que provocará cierta angustia y obsesión por la muerte.
- Subjetivismo y exaltación del yo. Se ve el sentimiento de soledad y frustración, con cierto anhelo al amor, a la justicia y a la felicidad.
- Fuga del mundo circundante. El desacuerdo con el mundo que les rodea les conduce a una evasión de la realidad, refugiándose en mundos exóticos o evocando un pasado brillante.
- La naturaleza, ya que el paisaje se empieza a asociar con estados de ánimo.
- Nacionalismo, exaltando siempre lo peculiar de cada país. Por esta razón, aparecen temas legendarios e históricos de cada país.
- En cuanto a la literatura concretamente, se mezcla la prosa con el verso, se mezcla lo trágico y lo cómico, y se defiende la libertad creadora de los artistas.
Romanticismo en literatura
La poesía romántica exaltará el yo, el intimismo y el desbordamiento afectivo, ya que los poetas escribirán sobre sus desengaños amorosos, y proclamarán el dolor de vivir. En la métrica destaca la vuelta de formas que habían caído en el olvido, como el romance.
Destaca José de Espronceda, con obras como El estudiante de Salamanca o El Diablo mundo, o Gustavo Adolfo Bécquer, con su obra poética principal llamada Rimas.
Dentro de la prosa romántica destaca la evocación histórica y la pintura de costumbres, y como autor principal encontramos a Mariano José de Larra, con El castellano viejo y su crítica a la sociedad española, o El día de Difuntos, más en el plano existencial.
Por último, dentro del teatro encontramos estructuradas variadas, con temas como el amor inalcanzable y temas históricos, o la mezcla de verso y prosa.
Se produce el estreno de grandes obras como La conjuración de Venecia, de Martínez de la Rosa, y Macías, de Mariano José de Larra. Como autor principal, destacar al Duque de Rivas y su obra Don Álvaro o la fuerza del sino.
Romanticismo en el arte
La pintura romántica apostó por el desenfreno, las manchas gordas de color, las miradas que expresan conflictos sentimentales, etc. Presentó una gran variedad de estilo, fruto de la libertad creadora que tenían los pintores. El primer foco se desarrolló en Andalucía, y desde allí irradiará al resto de las ciudades de España, con dos núcleos que destacaron por encima del resto, Madrid y Barcelona. Sin embargo, fue Francisco de Goya quien inaugura el Romanticismo, con la representación de las atrocidades de la guerra y sus consecuencias, como por ejemplo los Desastres de la Guerra o El 3 de mayo de 1808 en Madrid, ambos con claros tintes románticos. También se adentró dentro de la pintura costumbrista, con obras cuyas temáticas representan la España más oscura, muchas de ellas pertenecientes a sus conocidas Pinturas Negras, como La romería de San Isidro.
Por otro lado, dentro de la pintura romántica española, se desarrollaron tres tendencias, la pintura de paisajes, la pintura costumbrista y el retrato.
En cuanto a la pintura de paisajes, ésta carecía de tradición en España, por lo que los modelos que inspiraron a los pintores españoles se buscaron fuera del país. Destaca Jenaro Pérez Villaamil y su libro de viajes ilustrado, llamado España Artística y Monumental.
La pintura costumbrista tiene su mayor representación en autores como Eugenio Lucas o Leonardo Alenza, ambos dentro del grupo madrileño en el cual se pudo rastrear la huella de Goya en estilo, técnica e incluso en la temática seleccionada para las obras. Podemos destacar obras como El suicidio del poeta (Leonardo Alenza y Nieto) y Condenada por la Inquisición (Eugenio Lucas).
El retrato fue uno de los géneros más trabajados dentro del Romanticismo español, con autores como Federico de Madrazo. Sus obras desprenden una clara perfección en el dibujo y un gran estudio psicológico de los personajes. Destacamos su retrato de Amelia de Llano y Dotres, condes de Vilches.
Por esto, y por mucho más, el Romanticismo español, tanto literario como artístico, marcó un antes y un después.
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