En todas las conversaciones sobre educación se dice lo mismo: “no pueden dejar quieto el sistema educativo”, “cada año cambia”, “yo ya no sé ni en qué ley educativa estamos”, etc. Y es que en los últimos 80 años ha habido la increíble cifra de trece leyes educativas diferentes.
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Años 40 a 50
Durante los primeros años del Franquismo, se aprobaron las leyes de Reforma de la Enseñanza Media (1938), de Ordenación de la Universidad Española (1943), sobre Educación Primaria (1945) y de Ordenación de la Enseñanza Media (1953). Todas ellas recogían la ideología de ese momento histórico.
Años 70
Después de unos años, en 1970, se aprueba la Ley General de Educación, redactada por el entonces Ministro de Educación José Luis Villar Palasí. Estructuraba el sistema educativo en varias etapas: la Educación Preescolar, la EGB (Educación General Básica), el BUP (Bachillerato Unificado Polivalente) y, en otro grado, la Formación Profesional (tal como la conocemos), la Escuela de Artes y Oficios, las Escuelas de Adultos, Especiales y a Distancia y la Educación Superior.
Años 80 a 2020
Con la llegada de la democracia y la aprobación de la Constitución de 1978, los sistemas educativos fueron cambiando a la vez que cambiaba el color del partido en el poder. Así, se aprobaron la LOECE (Ley Orgánica por la que se regula el Estatuto de Centros Escolares) en 1980; la LRU (Ley de Reforma Universitaria) en 1983; la LODE (Ley Orgánica reguladora del Derecho a la Educación) en 1985; la famosa LOGSE (Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo de España) en 1990; la LOCE (Ley Orgánica de Calidad de la Educación) en 2002; la LOE (Ley Orgánica de Educación) en 2006; la LOMCE (Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa) en 2013 y, por último, la LOMLOE (Ley Orgánica de Modificación de la LOE) en 2020.
Ocho reformas educativas en un periodo de escasos cuarenta años. Durante los años de la LOGSE, además, se estuvieron impartiendo ciclos educativos llamados “experimentales”; entre ellos, el más relevante es el “bachillerato experimental”, que equivale, actualmente, a estar en posesión de una formación profesional de Grado Medio. Parece increíble que la clase política española haya optado por “experimentar” con la educación de los futuros ciudadanos.
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