El esfuerzo es una virtud que debe ser recordada y practicada a diario. Es fundamental concienciarnos desde pequeños del valor del esfuerzo y de la necesidad de enfrentarnos a las dificultades con el objetivo de superarlas.
Índice del artículo
Cómo aplicar el esfuerzo a nuestra vida diaria
El esfuerzo se puede aplicar de muchas maneras a nuestra vida diaria:
- en nuestras relaciones personales,
- en el trabajo,
- en el estudio,
- en el deporte que practiquemos…
Bases comunes para aplicar el esfuerzo
Siempre ha de fundamentarse en unas bases comunes como:
- la disciplina,
- la constancia y
- la voluntad por mejorar y por hacer del mundo que nos rodea un lugar mejor.
Importancia de la cultura del esfuerzo
La cultura del esfuerzo es muy importante en la formación humana y personal porque nos otorgará herramientas para enfrentarnos al mundo de manera más exitosa. Si nos convertimos en personas comprometidas con el esfuerzo seremos más resilientes y tendremos una mayor tolerancia a los imprevistos y reveses de la vida, además de que obtendremos una mayor autonomía para valernos por nosotros mismos.
El esfuerzo va unido a la responsabilidad, a la conciencia de cuáles son nuestros deberes y al compromiso que adquirimos para con ellos.
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Cómo desarrollar el esfuerzo
Metas realistas
Para poder desarrollar esta virtud, debemos, en primer lugar, plantearnos metas que sean realistas. De nada sirve esforzarnos por algo que no vamos a poder alcanzar, ya que solo nos generará frustración. Los objetivos que nos marquemos deben ser a corto plazo y factibles.
Saber organizar el trabajo
Por otro lado, es importante saber organizar el trabajo de manera que sea asequible y no caigamos en la procrastinación. En este sentido es vital que acabemos las tareas que empezamos y que no iniciemos una nueva sin haber concluido la anterior.
Superarse así mismo
La voluntad de superarse a uno mismo es un componente fundamental en la cultura del esfuerzo. En este sentido, no debemos entender como un fracaso el hecho de que algo no nos salga bien a la primera, sino como una oportunidad de aprendizaje para mejorar. Tampoco debemos atribuir al azar nuestros logros, siempre y cuando lleven un trabajo detrás. Reconocerse a uno mismo el propio trabajo y premiarlo es importante.
Ser conscientes de que somos seres cambiantes
Por último tenemos que ser conscientes de que somos seres cambiantes, que nuestro humor o nuestra energía no son siempre los mismos y pueden ser factores condicionantes a la hora de llevar a cabo nuestras tareas. Conocerse a uno mismo y concederse momentos de inflexión también es conveniente.
No olvides que la gran mayoría de cosas que merecen la pena en esta vida implican un esfuerzo. La satisfacción de conseguir nuestros propósitos a base de trabajo y convicción, no tiene precio.
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