Desde los años 70 hasta hoy la física y las matemáticas apenas han tenido cambios significativos en la educación, pero la tecnología sí que ha entrado y cambiado nuestra sociedad, desde el microondas hasta el Smartphone. ¿Por qué no utilizar algo de tecnología para facilitarnos los exámenes? ¿Hasta qué punto permitir que una máquina haga el trabajo de un/a estudiante?
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¿Está tu calculadora está permitida en Selectividad EvAU?
Pues la respuesta no es única pero sí debe serlo la ley. Fue en 2017-18 cuando se reguló. Tras tres décadas donde la tecnología no fue algo de lo que preocuparse hemos pasado al otro extremo donde todo debe estar tabulado: ordenadores, tabletas, relojes, calculadoras, plataformas online… Este curso escolar recibimos la orden sobre qué tipo de calculadoras estaban prohibidas en la EvAU debido a que superaban las características técnicas y por ser un abuso y un perjuicio contra los estudiantes que no dispusieran de dichos medios (recordemos que los precios de la tecnología hoy no son los mismos de los 90).Se publicó un listado de calculadoras permitidas para los exámenes de la EvAU, considerándose copiar si el alumno procede al uso de cualquier aparato no permitido. (ver pdf).
Ventajas de usar calculadora científica
ro yo me pregunto, en vez de ver lo que está prohibido ¿por qué no fijarnos en todo lo que este recurso nos puede dar? No paro de ver casos donde los alumnos tienen prohibido el uso de la calculadora en clase de matemáticas porque claro, ‘si les hace la división con decimales, nunca aprenderán a dividir’. Y yo respondo: ¿Saben lo que es dividir? ¿Saben cuándo y cómo se usa una división? ¿Y hasta qué edad van a tener prohibido el uso de un instrumento que ayuda a aprender matemáticas y es necesario en la resolución numérica de problemas de física o química? Una parte muy importante de la investigación en matemáticas es la optimización de procesos y la búsqueda de la existencia de soluciones en problemas muy complejos o que dependen de muchas variables (AI, BigData, etc…) y créanme cuando les digo que no por hacer el proceso más tormentoso el resultado es más satisfactorio: no hay que confundir sufrimiento con eficacia.
Tras años de experiencia con estudiantes de Educación Secundaria he podido observar que los que hacían un buen uso de esta herramienta mejoraban su cálculo mental significativamente, aprendían de manera implícita conceptos de programación y de lógica como algoritmos, y entendían otros más específicos como el límite de una función de una manera mucho más intuitiva. Es necesario que como ciudadanos tengamos un cálculo mental ágil para operaciones diarias pero tampoco debemos olvidar la llegada de la cuarta revolución industrial, la digital. Por eso nuestros hijos deben saber operar como se hace en el S.XXI y no como en la España de “Cuéntame”. El profesor de matemáticas es el más indicado para enseñarles cómo.
Con la tecnología siempre vamos a tener un debate porque es necesario poner el límite, ya que estamos todos de acuerdo que no hay que ir a los exámenes con pinganillo o acceso a internet, pero desde mi punto de vista debemos introducir, o al menos, explotar los recursos tecnológicos que ayuden a optimizar los procesos a nuestros estudiantes. Como ingeniero siempre estaré del lado del progreso. No debemos caer en la falsedad de que si lo hace una máquina el resultado vale menos, o pensar que como nuestra generación sufrió sin esos avances la siguiente, también tiene que vivir nuestras penurias. Todo lo contrario, si no les preparamos para el mundo que vivimos les estaremos condenando a ser una generación obsoleta.
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